La unción del Espíritu Santo se da para someter porque cuando la unción está en manifestación se enfrenta a la oposición.  Someter significa sofocar por la fuerza.  La unción no solo imparte bendiciones espirituales, momentos de refrigerio y curación, sino que la unción también rompe yugos y elimina las cargas (Isaías 10:27).

 Las cargas pueden incluir cosas como enfermedades, adicciones, opresión demoníaca, pobreza u opresión injusta, tiranía y esclavitud.  Sin una unción enfrentada no habría liberación.  Los egipcios experimentaron el "dedo de Dios" cuando se negaron a dejar ir al pueblo de Dios.  Jesús les recordó a los judíos este mismo poder diciendo: "Pero si yo, con el dedo de Dios, expulso a los demonios, sin duda el reino de Dios vendrá sobre ustedes" (Lucas 11:20).

 Esto confirma que la unción confronta y luego entrega.  Jeremías fue ungido para erradicar, derribar y destruir antes de que pudiera construir y plantar (Jeremías 1:10).  Esto captura una imagen de la unción atacando y derribando fortalezas espirituales, incluyendo mentiras o falsos sistemas de creencias fortificados en las mentes de los hombres.

 Aquellos que intentan esclavizar al pueblo de Dios o quitarles su libertad personal pueden experimentar el poder bíblico de una unción enfrentada que lleva al pueblo de Dios fuera de la esclavitud a la libertad.  Este fue el testimonio de la liberación de los hijos de Dios de la esclavitud egipcia (Éxodo 3).

 Mi nombre es Cesar y soy una voz en el desierto

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