El ministerio de Pablo en Atenas en Hechos 17: 16-34 muestra que uno puede ser fiel a los mandatos de la Gran Comisión incluso cuando es sensible al contexto cultural pluralista de sus oyentes. El estilo de ministerio de Pablo muestra la importancia de la sincronización y el ritmo de cómo se lleva a cabo ese ministerio, una tremenda preocupación y respeto por aquellos que escuchan, y una comprensión de la diferencia en el enfoque hacia los creyentes y no creyentes.
El capellán debe reconocer al "dios desconocido" en la diversidad. Hay lecciones claras en el ministerio de Pablo a los atenienses sobre cómo ser culturalmente sensible cuando se trata de un entorno pluralista, diferente al de su propio grupo homogéneo, y aún permanecer fiel a sus propias creencias. La compasión y el respeto por los que se encuentran son de suma importancia.
Seguir de cerca esas cualidades es una buena comprensión de su audiencia, una comprensión muy profunda de su propia fe y creencias, paciencia para esperar una invitación y la capacidad de extraer analogías de la cultura de las personas que ilustren sus propias convicciones religiosas. Un capellán también debe cultivar un espíritu humilde. Aunque el capellán es un representante y embajador de Dios, el capellán no es y nunca será Dios. Como tal, el capellán no puede decidir por nadie cómo pensar, creer o actuar; ni siquiera Jesús obligó a otros a seguirlo.
El capellán debe demostrar compasión por todas las personas compartiendo acción del ministerio primero. Solo cuando se le da una invitación, el capellán puede compartir la verdad de sus propias creencias. La base bíblica para que los cristianos busquen la capellanía responde a las preguntas básicas de por qué el ministerio de capellanes se implementa de una manera tan única. De los mandatos de "ir" y de servir a "los más pequeños", los capellanes entienden que inician el ministerio a todas las personas, independientemente de su edad, género, etnia o tradición religiosa. A partir de la solicitud de "vigilar", los capellanes entienden que el ministerio de presencia es a veces el ministerio de intervención más importante que brindan los capellanes.
Desde el mandato de alimentar, vestir y albergar, los capellanes entienden que los actos prácticos de servicio son una parte esencial para demostrar la fe. Y a partir de los ejemplos de Jesús y Pablo, los capellanes reconocen la importancia de respetar las diferencias culturales y religiosas, siempre brindando oportunidades para que las personas elijan sus propios caminos.
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