El pueblo de Dios está comenzando a recibir nuevamente las herramientas que se necesitan para cosechar y derrotar al reino de las tinieblas. Sería ridículo enviar segadores al campo de cosecha sin hoz, o enviar soldados a la batalla sin un arma. En reconocimiento de esta necesidad, la intención de Dios es restaurar a su pueblo los dones del Espíritu Santo.

Son las herramientas y armas que se necesitan para hacer el trabajo. Pablo hizo este comentario sobre su ministerio en Romanos 15: 18–19: porque no me atreveré a hablar de ninguna de las cosas que Cristo no ha logrado a través de mí, en palabras y hechos, para hacer que los gentiles sean obedientes, en poderosos signos y maravillas, por el poder del Espíritu de Dios, de modo que desde Jerusalén y alrededor de Ilírico he predicado completamente el evangelio de Cristo.

Tengo la firme convicción de que el corazón terco, rebelde e incrédulo del hombre nunca será sometido completamente al Evangelio de Jesucristo sin la demostración del poder sobrenatural. He visto esta conexión confirmada en numerosas ocasiones.

La mayoría de las veces, puede obtener un grado de conformidad, aceptación de la doctrina y membresía de la iglesia sin cambiar realmente las actitudes o los corazones. A menudo se necesita el poder sobrenatural demostrado de Dios para hacer que los hombres y las mujeres sean realmente obedientes. Un milagro tiene el poder de hacer temblar incluso a la persona más obstinada.

Mi nombre es Cesar y soy una voz en el desierto

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