Ahora veamos una verdad muy importante en la guerra espiritual. Pablo nos dice que somos el factor determinante para determinar si el diablo puede operar en nuestra vida o no. Él dice: "No le des lugar al diablo". O como dice la versión amplificada de la Biblia: "No dejes espacio ni punto de apoyo para el diablo ... no le des oportunidad" (Ef. 4:27).
Cuando permitimos aperturas en nuestra vida espiritual, el diablo siente que tiene el derecho de aprovecharse de nosotros en esos territorios específicos. Si mantenemos las puertas cerradas, él no puede hacer lo que le gustaría hacer. La Biblia nos presenta el principio de la puerta abierta en Génesis 4: 7 cuando el Señor le dijo a Caín: "Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace en la puerta". Dios le dijo a Caín. que Satanás estaba agachado en su puerta, esperando saltar a su vida.
Caín tuvo la opción y debido a que eligió abrir la puerta a los celos, Satanás lo llevó al asesinato de su hermano, Abel. El pecado es progresivo. Una cosa lleva a la otra hasta que nos encontramos en grandes problemas. Por esa razón, debemos aprender a cerrar esas puertas y mantenerlas cerradas antes de que se conviertan en algo dañino. Por favor cierra la puerta.
Mi nombre es Cesar y soy una voz en el desierto
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